Origen

En la ciudad de Buenos Aires, entre los años 1852 y 1871 tuvieron lugar importantes epidemias de fiebre amarilla, dando como resultado la muerte de un importante número de personas. Posteriormente, tanto en la ciudad como en el resto del país, se registraron casos aislados de esta enfermedad hasta principios del siglo XX. En ese entonces se desconocía la transmisión de esta dolencia, que recién pudo ser relacionada con el mosquito Aedes aegypti por el médico cubano Carlos Finlay en 1871.

Recién en 1878, se iniciaron los estudios sobre mosquitos en Argentina, cuando Lynch Arribálzaga publicó la descripción de tres especies nuevas para la ciencia, años después, en 1891, publicó el libro Dipterología Argentina, donde los mosquitos tuvieron una atención relevante, convirtiéndolo en una obra de referencia.

Los estudios sobre mosquitos se intensificaron durante las décadas de 1950 y 1960, época en que en Argentina hubo un auge por el estudio taxonómico de las especies de culícidos. Posteriormente, luego de la “erradicación” de Aedes aegypti en 1967, hubo una disminución en los estudios referidos a Culicidae, retomándoselos recién a fines de la década de 1980, cuando Aedes aegypti se introdujo nuevamente en el paísComo consecuencia de eso, a partir de la década de 1990 se formaron nuevos grupos de investigación en varias provincias de Argentina.

A fines de la década de 1990, como consecuencia de la realización de las Primeras Jornadas Regionales sobre Mosquitos, llevadas a cabo en la Universidad de Buenos Aires, y repetida periódicamente en otras Universidades del país, permitió una mayor y más frecuente interacción entre los investigadores. Ya en el nuevo milenio, se habían establecido en numerosas provincias de Argentina, varios grupos de investigadores, lo que trajo aparejado una intensificación de los estudios sobre mosquitos a nivel regional.

Han pasado 142 años desde los primeros aportes del Lynch Arribálzaga, y la información que se fue acumulando durante esos años, justificó un trabajo que la compendiara. Fue así que durante las 9º Jornadas Regionales sobre Mosquitos realizadas en la ciudad de Resistencia, Chaco, en 2015, se propuso escribir un libro sobre mosquitos de Argentina en donde se volcaran todos los aspectos que se habían estudiado hasta ese momento. Hoy, podemos disponer de ese libro, escrito por investigadores de todas las regiones del país. Esa obra se dio a conocer durante las 10º Jornadas Regionales sobre Mosquitos, en la ciudad de Mar del Plata, en septiembre de 2016. Para ese entonces, ya había grupos de investigación sobre mosquitos bien consolidados en todas las regiones del país.

A fines de 2019, se declaró la pandemia por Coranavirus (Covid-19), y en marzo de 2020, la Argentina se preparaba para afrontarla. Mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el gobierno Argentina, declaró el Aislamiento Social Obligatorio en donde se instaba a todo el pueblo argentino a permanecer dentro de sus viviendas mientras durara la pandemia.

Simultáneamente a la epidemia del Covid-19, en Argentina, se habían notificado más de 4.000 casos de dengue clásico, número que superaba a lo registrado años anteriores. A medida que la pandemia avanzaba, los casos de dengue también aumentaban. Hasta la semana epidemiológica 12 (25 de marzo de 2020) se había registrado 26.351 casos con sospecha de dengue u otros arbovirus, de los cuales 7.862 resultaron confirmados y probables para dengue. Hasta ese momento, se registraban en diferentes sitios del territorio nacional, la presencia de tres serotipos: DEN-1, DEN-2 y DEN-4. Hasta esa fecha, el número de fallecidos por dengue era de siete personas.

A raíz de esa situación, y considerando que el Aislamiento Social Obligatorio podía ser un buen momento para que la población eliminara los potenciales criaderos de Aedes aegypti, entre un grupo de investigadores propusimos iniciar una campaña por medio de afiches para concientizar a la gente de aprovechar el confinamiento para “descacharrar”. Rápidamente se fueron sumando más personas de todos los grupos del país, y de ese modo quedamos constituimos como “Grupos de Investigación sobre Mosquitos en Argentina” (GIMA).