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Aedes aegypti, algunas preguntas y el derecho al agua

Reflexiones Ambientales Urbanas (26)

Esta historia retrata la experiencia de algunos investigadores que comenzamos a trabajar en una ciudad del norte de Argentina con el objetivo de buscar maneras de prevenir el dengue. Al comenzar nuestra indagación, lo primero que nos preguntamos fue: ¿Dónde se encontrará el mosquito en esta localidad? ¿Dónde se criarán principalmente sus larvas y pupas? Si nos guiamos por la mayoría de las informaciones que recibimos de los medios de comunicación, la respuesta quizás parezca obvia y nos surja casi automáticamente: los cacharros. Sin embargo, eso no fue lo que encontramos.

De acuerdo a nuestros estudios, en esa ciudad la gran mayoría de los mosquitos se criaban en tanques grandes, recipientes de alrededor de 500 litros, donde la gente juntaba agua. La segunda pregunta que nos hicimos entonces fue: ¿por qué ocurre esto? Más allá de explicaciones biológicas que atañen a la respuesta, que indican que esos tanques pueden ser un excelente ambiente para la reproducción del mosquito, consideramos que la razón principal se relacionaba con un problema social, político y estructural: las dificultades para el acceso al agua. En esa localidad el servicio de agua de red estaba colapsado, con frecuentes cortes y muy baja presión en muchos momentos, por lo que las personas adoptaron la costumbre de juntar agua en sus tanques para luego consumirla. Cabe remarcar que este tipo de situaciones son muy frecuentes en zonas urbanizadas del continente y en estudios realizados en otras ciudades, se han encontrado resultados similares.

Creemos entonces que, además de las preguntas anteriores debemos formularnos las siguientes: ¿Qué podemos hacer para transformar esta situación? ¿Qué habría que hacer para que esos recipientes ya no sirvan de criaderos para el mosquito?

En una reflexión anterior se dijo que la mejor medida de prevención existente es eliminar el agua acumulada en los domicilios. Estamos de acuerdo con esta idea pero, ¿Cómo podría hacerse eso en esta situación? En principio, no sería una posibilidad eliminar esos recipientes, dado que la gente los usa para vivir. El asunto en este caso nos parece que va mucho más allá del dengue: el acceso al agua es un derecho, el agua es un bien necesario para la vida de todos/as.

Por lo tanto, la mejor solución en este caso sería buscar la manera de garantizar el cumplimiento de ese derecho. Esta solución no debería ni podría llegar a partir del trabajo de algunos investigadores foráneos (como lo éramos nosotros) a la zona. Si el gobierno del lugar no da respuestas, consideramos que la solución sería que los habitantes del lugar se organizaran y reclamaran. A su vez, desde nuestro punto de vista, una comunidad organizada podría participar de forma mucho más activa y potente en soluciones a problemáticas como esta, por ejemplo pensando y llevando a la práctica otras acciones para la detección y eliminación de criaderos en cada barrio. Pero eso ya podría ser parte de otra reflexión…

La salud, la política (en sus diferentes acepciones), la cultura, la economía, los derechos, las responsabilidades de cada uno/a y de cada grupo social se entrecruzan en forma compleja y se afectan mutuamente. Problemáticas como el dengue muchas veces van mucho más allá de lo que inicialmente uno puede imaginar y pueden encontrar relación con procesos profundos del sistema mundo en el que vivimos.

Fernando Garelli
Grupo de Didáctica de las Ciencias, IFLYSIB / CONICET La Plata

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Aedes aegypti y grandes espacios verdes: ¿¡Fumigar la reserva!?

Reflexiones Ambientales Urbanas (25)

Desde la última epidemia de dengue (2009) en Argentina, hablamos de gran epidemia, no sólo por el número de casos, sino tal vez porque tocó las puertas en la ciudad de Buenos Aires, con 7 casos autóctonos confirmados por el Servicio de Zoonosis del Hospital Francisco J. Muñiz. Desde ese entonces la población ha quedado con una memoria emotiva sobre la presencia latente del virus y la enfermedad (y de la posibilidad ocurrencia de un brote epidémico). Es decir, que ya no era una cosa de libros de historia. Lamentablemente, no ha ocurrido lo mismo con unos de los factores o componentes importantes del problema: el mosquito Aedes aegypti. Tal vez, por la desinformación o el mal uso de la información no quedó en la memoria lo relacionado a los hábitos y a los conocimientos necesarios sobre la biología de esta especie.

Tres años más tarde de ese brote epidémico de dengue, en el partido de Morón, zona oeste del conurbano bonaerense, se inauguró la Reserva Natural Urbana (junio de 2012). Un espacio verde cedido por la Fuerza Aérea de Morón, que actualmente consta de unas 14 hectáreas. El paisaje se encuentra conformado por pastizales, un bosque de especies exóticas y comunidades nativas, una reserva de agua, senderos para transitar y un parque recreativo. Para los que gustan de la naturaleza, nada más lindo que sentarse a tomar unos mates mientras baja el sol.

El año 2012 fue particularmente lluvioso en los meses de invierno, extendiéndose las precipitaciones hacia la primavera. Esta característica climática suele favorecer la presencia de una especie de mosquito característica de la región, que cría en charcos temporales de lluvia y en especial en pastizales, se trata de Aedes albifasciatus o mosquito de inundación. Este mosquito tiene la particularidad de estar adaptado a las bajas temperaturas, inclusive de invierno, y de allí que su distribución se extiende hasta Tierra del Fuego. Por lo tanto, no era necesario que llegara el verano para comenzar a sentir su presencia hacia fines del invierno y principios de la primavera.

La inauguración de la reserva coincidió con una temporada lluviosa y las picaduras muy molestas de Aedes albifasciatus alertó tanto a los visitantes como a los vecinos de los barrios linderos. Esa situación y probablemente la memoria emotiva sobre “mosquito = dengue”, confluyeron en un fuerte reclamo de los vecinos a las autoridades municipales. Pero a diferencia de otras oportunidades, en vez de consentir la petición vecinal de “¡Hay que fumigar la reserva! ¡Prevengamos el dengue!”, las autoridades de la reserva y del municipio actuaron con consciencia ambiental y nos consultaron sobre que se podría hacer frente a esta problemática. La primera medida de nuestra parte fue informar casi con certeza que los mosquitos que estaban molestando a la población no eran de la especie Aedes aegypti. La segunda fue realizar muestreos de larvas y adultos durante la primavera-verano. Los resultados demostraron una importante diversidad de especies con predominio de Aedes albifasciatus, y una ausencia efectiva de Aedes aegypti. Por último, los fines de semana, cuando la reserva recibía mayor concurrencia, se realizaron charlas informativas sobre dengue y sobre la biología y ecología del vector.

Pese a la actual situación de transmisión de dengue, chikungunya y Zika en la región, los vecinos no han vuelto a pedir la fumigación de la reserva. Nos preguntamos si se trata de ¿Un avance en la conciencia ambiental? ¿Más y mejor información? ¿O son resultado de lluvias escasas que afectan negativamente las abundancias de Aedes albifasciatus? ¡Esperemos que sean las dos primeras!

Maximiliano J. Garzón
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET

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Conversación entre Especialistas: ¿Aedes aegypti se encuentra en las zanjas?

Reflexiones Ambientales Urbanas (24)

-Aedes aegypti no se encuentra en las zanjas – afirmó BSE.

-He muestreado muchas zanjas en distintas provincias a lo largo de los últimos años. Nunca encontré Aedes aegypti. Pero sería factible hallarlos, en muy baja probabilidad, porque pueden provenir de desagües de casas, no los cloacales sino de piletas de lavar. Claramente el ambiente zanja es más hostil para esta especie que un recipiente en una casa – sostiene NB.

-En muestreos que realizamos en canaletas y zanjas de Córdoba hace unos años encontramos algunas larvas de Aedes aegypti, pero sospechamos fuertemente (no podemos descartar) que llegaron allí procedentes de recipientes de descarte que abundaban en la zona- replica RG.

-Hay una referencia antigua de un lugar en África donde hacían prevención volcando los toneles (en esos tiempos eran toneles) en las zanjas. Los investigadores encontraron larvas por lo cual las formas inmaduras de Aedes aegypti continuarán su ciclo de vida en las zanjas. Pero esto ocurre solo si se las vuelca a esos ambientes. Es importante recomendar que no se tire el agua de los criaderos en las zanjas. El agua de los criaderos con las larvas conviene tirarlas sobre el pavimento, sobre la tierra seca y al sol. Porque, por otro lado, si hay pupas en el criadero y se tira el agua en un suelo muy húmedo permitirá que las pupas emerjan a adultos- agregó NS.

-Muy difícil, el mosquito no elige esos lugares. En la mayoría de las zanjas suele haber depredadores que casi seguro no están presentes en los recipientes artificiales – opinó GR.

-Por otra parte, hay que aclarar que las zanjas producen mosquitos de otras especies, como Culex pipiens, y en grandes cantidades cuando hay materia orgánica. Una solución ambiental es ponerles pequeños peces larvífagos autóctonos (por ejemplo en Buenos Aires conocidos como madrecitas, en La Plata como panzuditos)- aclaró NS. -La zona donde nosotros trabajamos, nunca hemos detectado estados inmaduros de Aedes aegypti en zanjas, solo pudimos identificar ejemplares del complejo Culex pipiens luego de muestreos semanales realizados durante tres años en la zona del gran La Plata y Berisso. Otra cuestión puede ser el tema de zanjas de escurrimiento o drenaje de campos inundados en donde es frecuente hallar ejemplares de Aedes albifasciastus, el muy conocido mosquito silvestre de inundación, junto a otras especies de mosquitos silvestres (especies de Culex y Psorophora) pero nunca recolectamos ejemplares de Aedes aegypti en esos sitiosAseguró MVM.

BSE: Bertucci, Sabrina Eliana, Estudiante de Lic. en Biología, UNNE. Corrientes.
GR: Gustavo Rossi, Taxónomo, Centro de Estudios de Parásitos y Vectores. CCT CONICET-UNLP La Plata.
NB: Nora Burroni, Ecóloga del Grupo de Estudio de Mosquitos EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET, Buenos Aires.
RG: Raquel M. Gleiser, Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV, CONICET-UNC – Córdoba.
NS: Nicolás Schweigmann, Ecólogo del Grupo de Estudio de Mosquitos EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET, Buenos Aires.
MVM: María Victoria Micieli, Patóloga especializada en mosquitos del CEPAVE. Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CONICET-UNLP) La Plata.

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¿Puede un mismo virus utilizar mosquitos de especies diferentes? ¿Y en diferentes lugares?

Reflexiones Ambientales Urbanas (23)

La gran mayoría de los virus transmitidos por mosquitos son virus de ARN y eso les brinda una capacidad adaptativa increíble, permitiendo adaptarse a nuevas configuraciones de vectores y hospedadores de acuerdo a sus necesidades. Por ejemplo, en los EEUU el virus Encefalitis Equina del Oeste es transmitido por mosquitos Culex tarsalis, mientras que en Argentina el principal vector es Aedes albifasciatus (mosquito que cría en charcos). Este cambio en el vector genera cambios importantes en la epidemiología y en los patrones de actividad del virus ya que el comportamiento y biología de estos vectores son diferentes. Culex tarsalis es un mosquito que cría en ambientes rurales con canales de irrigación y con preferencia de alimentarse de aves, mientras que Aedes albifasciatus es un mosquito de inundación de charcos temporarios, con tolerancia al frío y a la salinidad del agua, y prefiere alimentarse sobre mamíferos. Estas diferencias biológicas son claves a la hora de definir el patrón de actividad de un arbovirus.

¿Podría el virus Chikungunya, siendo un Alphavirus al igual que el virus Encefalitis Equina del Oeste, ser transmitido por Aedes albifasciatus?

Para responder esto hay que hacer los ensayos… no hay modelo predictivo para esto. Básicamente, como mencionamos anteriormente, los arbovirus (como todos los virus ARN) son muy plásticos a la hora de adaptarse y sobrevivir en un nuevo ambiente con fauna de vectores y hospedadores diferentes. La competencia de un mosquito o de un vertebrado para ser vector y hospedador, respectivamente, está determinada genéticamente y esa carga genética varía entre poblaciones de diferentes sitios, esto es uno de los factores que determinan que no se pueda prever que vector y hospedador puede elegir un arbovirus cuando se introduce en un nuevo sitio geográfico.

Desde que el virus ingresa y sale a través de la saliva del mosquito, hay varias barreras de infección y replicación: una barrera de infección de la mucosa intestinal, barrera de escape desde el epitelio intestinal hacia todo el organismo del mosquito, dispersión por la hemolinfa y por último la barrera de infección y replicación de las glándulas salivales. Todas estas son barreras q determinan si un mosquito puede vectorizar un virus determinado.

Luis Adrián Díaz
Laboratorio de Arbovirus y Arenavirus. Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella”, Facultad Ciencias Médicas – Universidad Nacional de Córdoba. Instituto de Investigaciones Biológica y Tecnológicas CONICET-Universidad Nacional

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¿Pueden los mosquitos o los vertebrados infectarse por más de un arbovirus?

Reflexiones Ambientales Urbanas (22)

Es posible que un mosquito y un vertebrado se infecten por más de un virus. ¿Qué tan probable? no lo sabemos. Se han encontrado mosquitos que pueden transmitir más de un virus a la vez pero las probabilidades son realmente bajas y no hay trabajos científicos que hayan podido cuantificar esa probabilidad. En experimentos en laboratorio se han inoculado mosquitos con dos flavivirus diferentes (encefalitis de Saint Louis: SLEV y encefalitis del Nilo del Oeste: WNV). Si bien hay transmisión de ambos virus, también existen interacciones. La infección con WNV disminuye la transmisión de SLEV, pero las evidencias son muy pocas por lo que se debería continuar con este tipo de experimentos para obtener conclusiones más fuertes. Los aislamientos virales desde mosquitos se realizan a partir macerados de mosquitos que son inoculados a un cultivo celular (por lo general, por una cuestión de costos, se trabaja con grupos de mosquitos y casi nunca con mosquitos individuales).

Lo que suele obtenerse es la población del virus dominante, o sea la que mejor replicó y se adaptó al cultivo de células que se le ofrecen. Luego por medio de técnicas de secuenciación molecular se puede identificar si se trata de una sola especie viral o más de una. En los vertebrados como en los mosquitos los virus compiten por las proteínas que funcionan como receptores presentes en las membranas celulares. Se desconoce puntualmente el receptor particular para cada virus, por lo general hay familias de proteínas que funcionan como receptores para más de una especie viral.

Para dengue (también flavivirus) se cree que es una proteína tipo lectina. Pero los receptores cambian con el tipo celular. También hay otras familias de proteínas que pueden actuar como receptores. Los arbovirus suelen ser virus generalistas que pueden amplificar en una amplia variedad de tipos celulares. En el momento de ingresar suelen elegir como blanco a las células dendríticas (que actúan como células presentadoras de antígeno, son las primeras en activar el sistema inmune para dar respuesta a la infección), en donde replican y de ahí se dispersan al resto del organismo. En laboratorio se observa un efecto de interferencia cuando a un cultivo celular se inoculan muchos virus (hay tantos virus que no logran replicar en las células). No se cree que pueda suceder en un organismo vertebrado o invertebrado con la pequeña carga viral que puede inocular un mosquito y la cantidad de recurso celular a disposición. Es decir, es poco probable que las células se conviertan en un recurso limitante para la replicación viral en un modelo de transmisión viral como el de los arbovirus.

Luis Adrián Diaz.
Laboratorio de Arbovirus y Arenavirus. Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” Facultad Ciencias Médicas – Universidad Nacional de Córdoba. Instituto de Investigaciones Biológica y Tecnológicas CONICET-Universidad Nacional de Córdoba

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